La no violencia lleva a la más alta ética, lo
cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres humanos,
somos aún salvajes.
( T.A.Edison)
Aseveraciones tan rotundas del tipo: ¿Por qué
somos como somos, en el peor sentido de la frase? ¿ Por qué nos comportamos
como lobos con otros seres humanos ¿ ¿Por qué tantas guerras en el mundo,
originadas estas por los más diversos motivos, a menudo nimios y peregrinos ¿ ¿
Por qué en cualquier parte y a cualquier nivel, constantemente estamos a la greña física o dialécticamente
con nuestros semejantes ¿ Casi todos
hemos dicho, oído o pensado estas afirmaciones alguna vez. Últimamente de
manera frecuente. A nada que
reflexionemos prevalecerá la sensación de
que son más los momentos que estamos hostiles con los demás que los amistosos.
En la calle, con el coche, en la cola del supermercado, incluso en la familia
es común ver adversarios por doquier a los que hay que domeñar.
¿Somos realmente tan perversos como parece¿
¿Vamos a peor en esto de la maldad como sugiere a veces la opinión pública en
general ¿ Sucede con esto, me temo, como
con otras cosas, que la percepción distorsiona la realidad.
Efectivamente, si miramos con datos en la mano
y con cierta objetividad comprobaremos que la humanidad ha cambiado a mejor en
los últimos siglos o décadas, esto es una evidencia, no hay más que echar un
vistazo a la historia y comprobaremos que antes era peor. Los humanos, a lo
largo de nuestra existencia como tal y de esto hace ya la friolera de 100.000
años, que fue cuando dimos el paso a Homo Sapiens, siempre y como cualquier
mamífero que se precie nuestra finalidad en la vida ha sido y es sobrevivir y
perpetuar la especie.
Aunque pudiera parecer evidente merece la pena
recordarlo. Si hacemos caso a la evolución, no hemos irrumpido de repente en el
planeta tierra ya completitos, formados y exentos de malicia. No nos hicieron de repente ángeles beatíficos, solidarios, ni la providencia nos dictó que
nos amemos los unos a los otros cuan sublimes querubines, más bien al contrario
comenzamos al inicio de nuestro advenimiento como humanos marcando nuestro territorio y exterminando cualquier amenaza seria que fuera letal para
nuestra integridad física.
La otra historia, la paralela, la que nos
cuenta la biblia, sí es un buen punto de partida diferente para pensar en que
habría habido tiempos mejores. Es esta la historia de la creación, la de Adán y
Eva, la que según su voluntad, Dios se molestó en crearnos a su imagen y
semejanza para que fuésemos hombres y mujeres ejemplares. Después por
desgracia y como todos sabemos nos descarriamos y ahí andamos, a nuestro libre
albedrio, a veces mejores y las mas peores.
Si elegimos la primera opción, la evolutiva,
está clarísimo que vamos a mejor. Sin remontarse muy atrás en el tiempo, tan
solo hace un par de siglos, el mundo era una inmensa colonia de seres semiesclavizados, analfabetos y con una miseria
rampante, dominados por una clase exigua pero dominante de súbditos de unos
pocos países europeos. Las guerras eran habituales por causas de todo
pelaje a menudo por caprichosos mandatos
de reyezuelos o dictadores bananeros en busca de supuestos beneficios de índole
económico o territorial. En estas constantes y continuas guerras proliferaban también
los genocidios y hambrunas y nadie se preocupaba por nadie. La solidaridad
entre seres humanos o países obvio decir que no existía, de hecho esta es una
palabra de reciente uso.
Somos inquilinos hoy en día de un planeta, con
muchos problemas faltaría más, pero mucho más apacible y humano para vivir en
él. Nunca jamás ha habido tantos millones de personas de casi todos los
continentes con una calidad de vida tan aceptable.
Está claro que la evolución paulatina del
hombre generando progreso y nuevos descubrimientos científicos y tecnológicos ha contribuido de manera sustancial a su bienestar. Se dan supuestos admirables de
humanidad que serian impensables tan solo a ojos de nuestros abuelos por
ejemplo. Han nacido asociaciones como
las ONG, partidos políticos etc. cuya finalidad es la solidaridad entre los
pueblos y respeto mutuo. Así mismo
aptitudes como mostrar clamor e indignación general ante cualquier violación importante de los
derechos humanos etc. hace que se vaya
tomando conciencia en todo en el mundo de que la situación ideal para el hombre
o por lo menos la menos mala es cualquier opción que conlleve, como poco: Democracia
(para que todos puedan expresarse) Dignidad (porque todos somos seres humanos,
especie única) y Educación (porque siendo más cultos y sabios nos respetaremos
mas unos a otros y optimizaremos mejor nuestros recursos éticos y morales).
También es verdad que aún queda mucho por
mejorar. Hay zonas en la tierra en donde nacer todavía es penoso por el
comportamiento de sus habitantes. Aun se
sufre en el mundo como en el pasado por unos cuantos males endémicos como: Religión: muchos
países de religión musulmanas andan enfrascados en guerras absurdas por
nimiedades de tipo dogmatico o histórico en sus creencias. Pobreza: media
África aun no acaba de salir de la ignorancia y atraso más absoluto, generando
por ello matanzas tribales, exilios y enfermedades infecciosas. Populismos: en casi toda América latina
resulta eterno ya el subdesarrollo, ha pasado la población en varias décadas de
sufrimiento e ignorancia debido a dictaduras bananeras a continuar la pesadilla pero ahora por mor de
repúblicas populistas ilusas. Nacionalismos: en algún punto concreto de
la misma Europa como Ucrania aun se matan por esto.
Si todo lo anterior supone en población mundial
aprox. un 35%, el resto, Europa, Norteamérica, Oceanía y gran parte de Asia
(exceptuando zonas de la India y oriente próximo) ha mejorado sustancialmente.
Para que sirva de referencia, a principios del siglo XX tan solo una pequeña
parte de Europa y Estados Unidos se podría considerar desarrollada, el 10% de
la población.
Si a nivel global en grandes zonas comunitarias
o de países hemos prosperado de manera notoria, económica y culturalmente,
individualmente quizás vayamos más
retrasados. En cuestiones personales aún queda mucho por mejorar. Todavía es
común en la vida diaria de la gente aptitudes como falta de empatía hacia los
demás, escaso respeto a personas más débiles, violencia de género etc. y es que
en esto tan cercano interviene nuestro Yo más profundo y es aquí donde nos sale
el animal que llevamos dentro; marcamos nuestro territorio todo henchido de
egoísmo y egolatría, haciéndosenos constatar claramente que la mayoría de las
veces manda mas las emociones que la razón.
Nuestro
cerebro como es evidente ha evolucionado sustancialmente. Pasamos
primero por el cerebro reptiliano, básico para el mantenimiento y la supervivencia
física. Después generamos el sistema límbico que interactúa con el anterior e
incorpora ya las emociones y por ultimo
y en ello andamos todavía hemos desarrollado la corteza exterior que es la más
evolucionada y es aquí donde se origina, entre otras funciones, lo que nos hace
más humanos: el raciocinio.
Es absurdo dudar de que el cerebro sigue
evolucionado, especialmente y como dije antes en la parte exterior de la corteza
que es la que permite la conciencia y el pensamiento. Quizás llegue un día, muy
lejano en el que alcancemos tal grado de lucidez y seamos tan razonables e
inteligentes que nos comportemos como seres especiales. De momento, mientras
llega esa evolución total, aprovechemos la parte positiva del proceso para intentar
ser al menos, mejores personas.
Joaquín Yerga
16/04/2015