Todos los hombres
matan lo que aman: el cobarde con un beso y el valiente con la
espada.
--Oscar Wilde--
Nunca me ha dado por
escribir un diario. Bueno, miento, una vez de niño hice amago de
escribir uno, pero me duró dos días. Además, entonces
tampoco tenía mucho que contar. Sin embargo mi amiga Isabel si es
aficionada a escribirlos. De hecho, lleva anotando los acontecimientos
importantes de su vida diaria en un libro que guarda como oro en paño.
Pero no es de su diario del que quería hablaros, sino de otro que me
enseño un día y que a su vez le había mostrado su hija.
El diario al que me
refiero lo escribió hace unos años una chica peruana, Elisabeth, compañera de
clase de la hija de mi amiga. Alguna vez habíamos hablado
de él por su emotividad, pero nunca tuve ocasión de echarle un
vistazo. Hace unos días lo trajo a casa y pudimos leerlo juntos. Os
aseguro que merece la pena dedicarle unos minutos..
Como os digo, han
pasado ya unos años desde que la chica lo escribió y las vidas de
los protagonistas del diario ha cambiado sustancialmente. No obstante
las situaciones extremas que se dieron se repiten una y otra vez en
muchas familias de cualquier lugar.. Juzguen ustedes..
Diario de Elisabeth
Mayo de 2010
Querido diario:
Hoy me he decidido a
escribir mis preocupaciones en un librito. Tan lejos de mi tierra, apenas tengo a nadie con quien
compartir mis penas y alegrías; aunque reconozco que éstas últimas
son ya muy pocas. Digo todo esto porque mi mamá no es la misma que
era antes. Llevamos acá, en España, tres años y medio y cada día
la veo más apenada.
Mi papá también ha
cambiado mucho. Hasta hace unos meses era más bueno y paciente con
nosotras, ahora no tanto. Sé que no trabaja, o por lo menos no todos
los días. Al principio, recién llegados acá estábamos muy
contentas, los dos iban a trabajar; estos días solo lo hace mi mamá.
Mi papá es albañil
y llegamos a Madrid porque mi tío Luis, su hermano, nos llamó por
teléfono a allá, a Yura, en la provincia de Arequipa que es mi
pueblo, yo soy peruana. Mi tío nos dijo que acá en España se vive
muy bien que hay mucho trabajo y que se gana mucho dinero.
Recuerdo con mucha nostalgia a mi familia en Perú, especialmente a mis
abuelos y mis tías unos días antes de partir. Hablaban del
esfuerzo tan grande que hacían para que nosotros viniésemos a
España. Sé que nos dieron todos los ahorros que tenían para que
pudiésemos pagar el viaje, que era muy caro. Todavía retengo en mi
mente la imagen de mis abuelos llorando, despidiéndose y mis papás
prometiendo un retorno no muy lejano y cargado de soluciones para
todos. Yo dejé allá mi querida y modesta escuela en el barracón
general del barrio. Y también a
mis amigas, pero vine contenta porque mis papás estaban contentos.
Septiembre de 2010
Querido diario:
Mi mamá está cada
día peor; yo lo paso muy mal cuando la veo así y no sé como
consolarla. Ella trabaja de asistenta en una casa de unos
señores muy ricos. Por la mañana me lleva al “cole” y luego se
va al trabajo. No vuelve hasta las diez de la noche. Mi papá
sigue sin trabajo, está todo el día en casa y casi siempre está
tumbado el sofá viendo la tele y bebiendo cerveza. Cuando mi mamá
regresa tiene que hacer la cena y la comida para el día siguiente
pues mi papá, que está siempre enfadado, apenas hace nada.
Muchas noches cuando
ya estoy en la cama mis papás se pelean. Mi papá da muchas voces y
le grita mucho. Yo me tapo la cabeza con la almohada para no oírla
llorar. A veces por las mañanas la veo con muchas ojeras y moratones
en la cara o en el cuerpo. Me da mucha pena verla así.
Enero de 2011
Querido diario:
Este día que ha
pasado fue peor que otros. En el cole mi tutora me llamó a la
salida, quería hablar conmigo. Muy disgustada me dijo que si me
pasaba algo porque saco peores notas que antes. Yo no le quise contar
nada porque me da mucha vergüenza. No quise decirle que apenas
tengo ganas de estudiar y que no me concentro. Le dije que intentaré
mejorar, pero no se quedó muy satisfecha. ¡Cómo decirle que lloro
por las noches! ¡Cómo decirle que no quiero llegar a casa y que por
una parte quiero ver a mi mamá y que regrese del trabajo pero por
otra temo que vuelva porque sé que terminan discutiendo y mi papá
le pega!
Se me olvidaba, mi
tío Luis y su mujer han retornado al Perú, porque con la crisis
tampoco tenían trabajo acá y mi papá se enojó mucho cuando lo
supo. Sé que apenas se hablaban desde que se quedó sin trabajo.
Marzo de 2011
Querido diario:
Hoy ha sido mi
cumpleaños pero muy triste también. He cumplido doce años. En el
“cole” todos mis compañeros me han felicitado y me han cantado
una canción.
En casa la cosa está
cada día peor. Ayer mi mamá no pudo ir al trabajo porque mi papá
le dio una paliza y se quedó en la cama con la cara llena de
moratones y el cuerpo dolorido. Estuvimos toda la noche llorando las
dos. Mi papá, borracho, se fue de casa y volvió ahorita por la
tarde. Al entrar le reproché por primera vez su actitud y no me hizo
mucho caso. Yo se que él está también muy mal, desesperado porque
no encuentra trabajo. Además me dice que no tienen dinero y que se
quiere ir a mi país pero no puede. La casa donde vivimos es de
alquiler y ya llevamos dos meses que no podemos pagar.
Mayo de 2011
Querido diario:
Esta mañana, como
es sábado, fui con mis amigas Gloria y Emperatriz a jugar a un
parque cercano a mi casa. No tenía muchas ganas de jugar pero ellas
me animaron. Después estuvimos haciendo juntas los deberes del lunes
en el piso de Gloria y su madre nos dio de comer. Cuando volví a
casa encontré a mi mamá en la cama, tenía sangre en la cabeza y
lloraba mucho. Cuando me vio se abrazó a mí y me dijo que no me
asustara que mi papá se puso nervioso, que la empujó y se dio un
golpe con la puerta de la cocina. Yo sé que eso no es verdad, él le
pegó de veras.
Mi papá no estaba
en casa, se fue otra vez después de golpearla. Cuando entré en
la cocina vi mucha sangre en el suelo y supe que era de ella. Lloré
a rabiar. Llevaba días diciéndole que nos fuésemos las dos a vivir
a Móstoles con una amiga suya que vino del pueblo hace ya años pero
ella no quiere, me dice que le da pena dejarlo solo. También le he
dicho que vaya al médico a curarse pero vuelve a decirme que no es
nada que se le pasará enseguida. Cada día que pasa estoy más
preocupada por ella, temo que le ocurra algo irreparable alguna vez.
25
de mayo de 2011
Querido diario:
Quizás hoy comience
una nueva etapa en mi vida y en la de mi madre. Ésta mañana he
hecho lo que debí haber hecho hace tiempo.
Apenas dormí en
toda la noche pues mis papás volvieron a pelearse. Desde la cama oí
a mi mamá chillar y correr y vi como entró en mi habitación
cerrando la puerta. Tenía otra vez sangre en la nariz y venia muy
asustada. Pasamos las dos toda la noche temblando abrazadas una con
la otra. A mi papá lo oímos gritar e insultar y después dando un
portazo se fue de casa, otra vez. Sé que se va al bar.
En cuanto amaneció
le hice unas fotos con mi móvil a mi mamá en la cara y en el
cuerpo, centrándome en los grandes cardenales y hematomas. Ella no
quería pero al final la he convencido. Le he explicado también lo
que me han enseñado en el colegio, que los hombres no tienen que
pegar a las mujeres y que tienen que respetarse. Yo sé que mi papá
me quiere y no es malo, pero los graves problemas económicos
que tenemos no es excusa para que maltrate a mi mamá.
Después nos
arreglamos y fuimos a la comisaría de policía a contar lo ocurrido.
Le enseñamos las fotos y pusimos una denuncia. Las dos nos hemos
quedado más tranquilas.
22 de Julio de 2011
Querido diario:
Hace casi dos meses
desde que denunciamos a mi papá y las cosas han cambiado mucho; a
mejor. Volvió a Perú, él solo, le convenció la psicóloga de la
concejalía de igualdad. Los señores de la casa en la que trabaja mi
mamá reunieron el dinero para el viaje. Ahora hablo con el celular
con él una vez por semana y está más sereno, vive con mi abuela.
Mi mamá y yo
sobrevivimos tranquilas y más felices. Ellos se van a separar y
yo les animo, pues creo que es mejor así. En el cole me va muy
bien, ya he mejorado las notas.
Acá en España
estoy muy a gusto, tengo muchas amigas y me gustaría hacer la
carrera de abogado para defender a mujeres maltratadas. Mi mamá
sigue trabajando y con el dinero que gana tenemos para pagar el
alquiler e ir tirando, algún día le ayudaré yo a ella.
23 de Julio de 2011
Querido diario:
Hoy me despido de
ti. Te creé para desahogarme de las penas que me afligían, pero las
más importantes ya han desaparecido. Ahora soy más feliz y tengo
una mamá a quien contarle mis secretos. Adiós.
Elizabeth