martes, 24 de septiembre de 2013

La vida iba en serio





Que la vida iba en serio
uno empieza a comprenderlo más tarde
--como todos los jóvenes yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
---envejecer, morir, eran tan solo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
(Gil de Biedma)


Que veinte años no es nada decía Carlos Gardel en su tango más famoso. Pues cincuenta y tantos tampoco son demasiados; esto lo digo yo, aunque tal vez sea éste un cálculo tramposo teniendo en cuenta que lo hago a mi conveniencia...
Perdonen mi osadía, a qué negar la evidencia, cumplir más de cincuenta es mucho, la mitad de una vida. Sin duda, es ésta mía una edad que invita a la reflexión, porque gran parte de lo que tenía que hacer ya lo hice y lo que no he podido hacer, a mis años ya es imposible afrontarlo con cierta garantía de éxito; aludo a los grandes planes y proyectos que se suele hacer de más joven, que es cuando uno empieza a querer comerse el mundo.
Sin embargo, advierto, no me estoy dando por vencido ni tiro la toalla de mis aspiraciones mas elementales, pero creo que es hora de asegurarme si sigo el camino correcto, o yerro en el intento. Y es que, insisto, como he consumido gran parte de los años que me corresponden en el caprichoso sorteo del destino, quiero por ello echar un vistazo al retrovisor, mirar qué he dejado atrás y comprobar si ha merecido la pena o tengo que enmendar el errático rumbo, aun tengo tiempo...
Visto desde la perspectiva de ésta, ya desmesurada edad mía, creo que en lineas generales he cumplido con mi deber como ser humano. Apenas hice daño a nadie, (al menos de manera consentida) simplemente me limité a vivir y dejar vivir, que no es poco para los tiempos perversos que corren; gente hay que suelen dedicar sus vidas y sus energías a fastidiar a propios y extraños.
Como a muchos otros me correspondió abrir los ojos por primera vez en una España oscura y deprimente, pues nací en una época poco propicia para alegrías, pero conseguimos con nuestro esfuerzo y el de los que ya no están con nosotros hacerla próspera y más justa; tal vez ahora no seamos honestos con los que ya se fueron; ellos también lo dieron todo y la disfrutaron menos.
El haber nacido en éste país nuestro y en ésa determinada época me ha condicionado mucho la vida.. Por ejemplo, me considero un español medio con todas las de la ley. Amo a España con locura y muy por encima de las pequeñas patritas; quizás por eso me duelan tanto los menosprecios con que nos obsequian los enemigos de nuestra unidad, y también los que desde dentro hacen lo posible por llevarnos al huerto, de la miseria.
En lo social ya padecí los rigores del subdesarrollo; también ausencias y carencias de todo tipo y condición, y en todo ése tiempo fui parte activa, como otros, de los avatares de nuestra sociedad (que no fueron pocos ni leves por cierto) y quedé satisfecho del resultado. Entre todos hicimos que aquella España gris y cateta se transformara en el país moderno del que disfrutamos hoy...pero, perdonen mi desconfianza, dudo que los jóvenes que ahora despuntan sepan valorarlo adecuadamente..
No obstante y en vista de que el tiempo pasa inapelable, estoy inmerso ya en una generación que ha ido envejeciendo sin prisas pero sin pausas, que se movió entre dos aguas muy desiguales, las turbulentas de la transición y las más sosegadas del momento actual... pero quede claro, si hoy somos envidiados en gran parte del mundo es que algo hemos debido hacer bien...
Las nuevas generaciones aprietan, quieren paso y están locos por colocarse en cabeza, no debemos hacerlos esperar demasiado; es hora de aflojar las riendas y comprender que nuestro empuje como colectivo está en otras manos, inexpertas quizás, pero más jóvenes e impetuosas... Y les toca a ellos tirar del carro.
Con cincuenta y tantos aún hay mucho que hacer en la vida, pero con sensatez y mesura. Quizás nos corresponda ya ver los toros desde la barrera, dejar a otros que se "batan el cobre" por el país. Eso sí, habrá que estar ojo avizor para que no estropeen lo hecho, que no es poco, como digo, teniendo en cuenta de donde veníamos.
Dicho queda.

                      cosasdejoaquinyerga@blogspot.com

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