¿En España dos bandos enfrentados uno a otro? ¡¡Venga ya!! Bueno, sí.. Conste que a algunos les interesa incidir en esto; debe favorecer sus intereses. Fijaos por qué sucede esto:
Las opiniones son como los ombligos, todo el mundo tiene uno. Pero eso no significa que tengamos que enseñarlo a todo el mundo. Para opinar hoy en día ni siquiera es necesario saber del tema. Podemos hacer alarde de nuestra ignorancia en 280 caracteres en cuestión de segundos, y aún habrá quien nos aplauda.
Nos aferramos a nuestras opiniones como lapas, no cambiamos. Sin embargo, lejos de hacernos fuertes, eso nos debilita. Y eso pasa porque tenemos el cerebro configurado para agarrarnos a ciertas verdades, y así nos va.
Esas opiniones (por personalizar) cimenta un pedazo de mi identidad. De hecho, mi mente solo recopila la información que me confirma. El resto, lo deshecha.
Resumiendo, me aferro a mis opiniones ¿y entonces, qué? Pues como no he entrenado a mi mente para cambiar de opinión, pasa a ser parte de la realidad. La realidad es que no he aprendido una de las lecciones de vida más importantes, “En la vida debemos estar lo suficientemente abiertos para cambiar de opinión”.
En fin, algo de esto he leído por ahí.
Joaquín

No hay comentarios:
Publicar un comentario