En el pasado
eras lo que tenías, ahora eres lo que compartes.
(G.Bogaard)
Es increíble y cuesta aceptar como un invento tan reciente
como Facebook o Twitter haya calado
tanto y tan hondo en nuestra sociedad. Empezaron los más jóvenes, como era de
esperar, en los primeros años del nuevo siglo. Facebook se fundó en el 2004 y
tiene ya la friolera de 1600 millones de seguidores. Twitter comenzó mas tarde,
en 2006 y seis años después alcanzaba la increíble cifra de seiscientos
millones de usuarios, actualmente ha doblado esa cantidad.
Yo particularmente utilizo Facebook bastante
más que su competidora en estos menesteres, aunque soy usuario de ambas. Los
dos no son rivales propiamente dichos sino que se complementan, cada una tiene
sus peculiaridades que las hace adicionales una de la otra.
Si hubiese que hacer
algún estudio (posiblemente habrá ya varios en el mercado) del tipo de personas
o segmentos de la población en general
que utilizan estas dos vías imaginarias de las redes sociales yo apostaría
a que el tipo de ciudadanos usuarios de
Twitter es: joven, bien preparado social
y profesionalmente y muy activo en estos medios; ya es conocido que esta parte
de la ciudadanía aparece mucho mas interconectada entre sí, son más dinámicos,
comprometidos y muchos, miembros simpatizantes de diferentes organizaciones
políticas y sociales. Los usuarios de Twitter
(también esta se presta más a ello por su prontitud y por el tipo de
mensajes cortos, 140 caracteres) son los que organizan o hacen llamamiento a reuniones, manifestaciones
y protestas de todo signo. Por el tipo
de ideología que predomina mayoritariamente en estas dos redes, en
Twitter quizás sobresalgan los
progresistas o de izquierdas, son muchos más diligentes a la hora de criticar,
ridiculizar o afear las conductas del
otro bloque ideológico y le ganan por goleada. Cualquier noticia
susceptible de ser reprendida tienen la osadía y virtud de expandirla por la
red en un instante y hacerla llegar a la totalidad de los consumidores
virtuales en un tiempo record. A poco
que se esfuercen, los internautas de
este sistema hacen de la noticia trending topic del momento o del día, según convenga.
En Facebook,
por los diferentes tipos de usos y contenidos que ofrece quizás sea más
pausado su manejo a la vez que sencillo. Este medio es más global y por
su capacidad de contener, archivar y
reproducir imágenes se hace más ameno
para todo tipo de gente.
Apostaría a que la mayoría de los
consumidores de Facebook son, o muy jóvenes recién incorporados a este
tipo de entretenimientos, apetecible para ellos por sus aplicaciones o son gente un poco mayor e inexperta en el manejo de las reces sociales o de
informática en general y que de manera
acelerada se ha visto obligada a adquirir
los procedimientos básicos para poder manejarlos, en mi caso particular me
identifico con esto último.
El servicio que ofrecen las nuevas tecnologías
a personas solitarias, introvertidas, tímidas o simplemente poco acostumbrada a tener ningún tipo de vida
social es impagable. El tener acceso
desde casa, bien a través del
ordenador o más fácil todavía desde el móvil a conversaciones con amigos,
familia o antiguos compañeros ya casi olvidados es un regalo que dilata su
calidad de vida.
Hay individuos que se esmeran en ocultar
intimidades, son reacios a hacer llegar a amigos o allegados sus secretos
confesables y es respetable, pero hay otros más inclinados a airear
pequeñas confidencias en forma de exposición de fotos personales, artículos,
frases lapidarias etc. este tipo de personas necesitan exteriorizar parte de su
pensamiento y para ellas es
imprescindible sobre todo Facebook ya
que de otra manera seria imposible. Es verdad
que tal y como aconsejan los expertos en la materia lo ideal es lo
tradicional, lo que hemos practicado siempre, es decir tratarse de forma
directa, cara a cara, tocarse, conversar paseando o en lugares comunitarios, pero la vida moderna nos empuja a lo otro, no
tenemos tiempo, el trabajo, las prisas etc. nos impide hacerlo por eso, como
mal menor, las redes sociales se han vuelto esenciales.
A cierto tipo de personas (anteriormente aburridas,
resignadas o incluso desesperanzadas) con el acceso a estos medios se le ha
abierto un nuevo panorama en su vida, apasionante en muchos aspectos. No deja
de ser para ellas una gran ventana al mundo antes cerrada por la que atisban
novedosas sensaciones y que le ofrece múltiples distracciones y placeres. Poder intercambiar, a través de este medio, fotos,
archivos o simplemente los chistes u ocurrencias de moda, también conversar con
amigos o conocidos gratis y a cualquier hora o encontrar a antiguos compañeros
de clase (aun a riesgo de pasmarse por su decrepitud, después unos cuantos años sin verse) son un regocijo para sus
mentes y espíritus.
Me sorprende gratamente contemplar sobre todo
mujeres de mediana edad o más, en el mercado o en el rellano de la escalera comunitaria (también hombres), intercambiando mensajes en Facebook o Wassap a través del móvil unas a otras
en apacible armonía y complicidad o mostrándose lo último en bromas o
chascarrillos que circulan por la red (signo de los nuevos tiempos), me temo que
esto está supliendo a los antiguos chismorreos de vecinas. Puestos a elegir
prefiero los de las nuevas redes sociales, los que por aquí circula suelen ser más
ocurrentes a la par que inteligentes, además el mercado es más amplio; en los
cotilleos de antaño los temas eran más simples y el auditorio más reducido (se circunscribía
a la familia o la vecindad).
Joaquín Yerga
15/11/2014
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