sábado, 15 de noviembre de 2014

Las redes sociales


         En el pasado eras lo que tenías, ahora eres lo que compartes.
                                                       (G.Bogaard)
  

Es increíble y cuesta aceptar como un invento tan reciente como Facebook o Twitter  haya calado tanto y tan hondo en nuestra sociedad. Empezaron los más jóvenes, como era de esperar, en los primeros años del nuevo siglo. Facebook se fundó en el  2004  y tiene ya la friolera de 1600 millones de seguidores. Twitter comenzó mas tarde, en 2006 y seis años después alcanzaba la increíble cifra de seiscientos millones de usuarios, actualmente ha doblado esa cantidad.
   Yo particularmente utilizo Facebook bastante más que su competidora en estos menesteres, aunque soy usuario de ambas. Los dos no son rivales propiamente dichos sino que se complementan, cada una tiene sus peculiaridades que las hace adicionales una de la otra.
  Si hubiese que hacer algún estudio (posiblemente habrá ya varios en el mercado) del tipo de personas o segmentos de la población en general  que utilizan estas dos vías imaginarias de las redes sociales yo apostaría a que el tipo de ciudadanos  usuarios de Twitter es:  joven, bien preparado social y profesionalmente y muy activo en estos medios; ya es conocido que esta parte de la ciudadanía aparece mucho mas interconectada entre sí, son más dinámicos, comprometidos y muchos, miembros simpatizantes de diferentes organizaciones políticas y sociales. Los usuarios de Twitter  (también esta se presta más a ello por su prontitud y por el tipo de mensajes cortos, 140 caracteres) son los que organizan o  hacen llamamiento a reuniones, manifestaciones y  protestas de todo signo. Por el tipo de ideología que predomina  mayoritariamente en estas dos redes, en Twitter  quizás sobresalgan los progresistas o de izquierdas, son muchos más diligentes a la hora de criticar, ridiculizar o afear las conductas del  otro bloque ideológico y le ganan por goleada. Cualquier noticia susceptible de ser reprendida tienen la osadía y virtud de expandirla por la red en un instante y hacerla llegar a la totalidad de los consumidores virtuales  en un tiempo record. A poco que se esfuercen, los internautas  de este sistema hacen de la noticia  trending topic  del momento o del día, según convenga.
  En Facebook,  por los diferentes tipos de usos y contenidos  que ofrece  quizás sea más  pausado su manejo a la vez que sencillo. Este medio es más global y por su capacidad de contener, archivar  y reproducir imágenes se hace más ameno  para todo tipo de gente.
   Apostaría a que la mayoría de los consumidores de  Facebook  son, o muy jóvenes recién incorporados a este tipo de entretenimientos, apetecible para ellos por sus aplicaciones  o son gente un poco mayor e inexperta  en el manejo de las reces sociales o de informática en general  y que de manera acelerada  se ha visto obligada a adquirir los procedimientos básicos para poder manejarlos, en mi caso particular me identifico con esto último.
  El servicio que ofrecen las nuevas tecnologías a personas solitarias, introvertidas, tímidas o simplemente  poco acostumbrada a tener ningún tipo de vida social es impagable. El tener acceso  desde casa, bien a través del  ordenador o más fácil todavía  desde el móvil a conversaciones con amigos, familia o antiguos compañeros ya casi olvidados es un regalo que dilata su calidad de vida.
  Hay individuos que se esmeran en ocultar intimidades, son reacios a hacer llegar a amigos o allegados  sus secretos  confesables y es respetable, pero hay otros más inclinados a airear pequeñas confidencias en forma de exposición de fotos personales, artículos, frases lapidarias etc. este tipo de personas necesitan exteriorizar parte de su pensamiento  y para ellas es imprescindible sobre todo Facebook  ya que de otra manera seria imposible. Es verdad  que tal y como aconsejan los expertos en la materia lo ideal es lo tradicional, lo que hemos practicado siempre, es decir tratarse de forma directa, cara a cara, tocarse, conversar paseando o en lugares comunitarios,  pero la vida moderna nos empuja a lo otro, no tenemos tiempo, el trabajo, las prisas etc. nos impide hacerlo por eso, como mal menor, las redes sociales se han vuelto esenciales.
   A cierto tipo de personas (anteriormente aburridas, resignadas o incluso desesperanzadas) con el acceso a estos medios se le ha abierto un nuevo panorama en su vida, apasionante en muchos aspectos. No deja de ser para ellas una gran ventana al mundo antes cerrada por la que atisban novedosas sensaciones y que le ofrece múltiples distracciones y placeres. Poder  intercambiar, a través de este medio, fotos, archivos o simplemente los chistes u ocurrencias de moda, también conversar con amigos o conocidos gratis y a cualquier hora o encontrar a antiguos compañeros de clase (aun a riesgo de pasmarse por su decrepitud, después unos cuantos años sin verse) son un regocijo para sus mentes y  espíritus.
  Me sorprende gratamente contemplar sobre todo mujeres de mediana edad o más, en el mercado o en el  rellano de la escalera comunitaria (también hombres), intercambiando mensajes en Facebook o Wassap  a través del móvil unas a otras en apacible armonía y complicidad o mostrándose lo último en bromas o chascarrillos que circulan por la red (signo de los nuevos tiempos), me temo que esto está supliendo a los antiguos chismorreos de vecinas. Puestos a elegir prefiero los de las nuevas redes sociales, los que por aquí circula suelen ser más ocurrentes a la par que inteligentes, además el mercado es más amplio; en los cotilleos de antaño los temas eran más simples y el auditorio más reducido (se circunscribía a la familia o la vecindad).
                                                                                     
                                                                                    Joaquín Yerga
                                                                                      15/11/2014


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