miércoles, 13 de noviembre de 2013

A la Huelga de limpieza


                                                   

    Imagino que a todos los madrileños de buena fe le incomoda y le irrita en grado sumo lo que está ocurriendo con la huelga de limpieza de calles en nuestra capital. Es incomprensible que hayamos llegado a esto. En una ciudad de tres millones y medio de habitantes, capital de España y escaparate principal ante el mundo de nuestro país, nunca se tenía que haber dado  esta  penosa situación. Entiendo que hay sectores en los que hay que actuar con mucho tacto, por su influencia, por su capacidad de convocatoria o por el daño que pueden producir al prestigio, a la economía o a la imagen de un país o una ciudad. El estropicio que va a acarrear todo esto es irreparable a corto plazo. Hemos salido o lo estamos haciendo en los telediarios y  prensa europea de todo signo, con fotos de la cochambre o comentarios hirientes sobre la pobreza o ruina que nos atenaza y que se ha instalado en el corazón del país. De ahí, de Europa, queremos que vengan los turistas que nos saquen de la crisis y hacemos esfuerzos y gastamos dinero en campañas publicitarias aireando las bondades y bellezas de nuestra ciudad. Hace tan solo un par de semanas fue la alcaldesa a Berlín a proclamar nuestras maravillas y tenía intención de hacerlo en otras ciudades, pues bien todo eso se ha ido al garete en un par de días. El esfuerzo titánico que cuesta levantar y hacer brillar la imagen de Madrid y lo poco que lleva destruirla. A la crisis económica, a los dos años de manifestaciones casi diarias de indignados y docenas de colectivos más, a los abusos de los pilotos de Iberia  que han destrozado la gran compañía de bandera española y han conseguido que el número de pasajeros llegados a Barajas haya caído en picado y a diferentes causas, más, sin olvidarme de los políticos de medio pelo que nos hemos dado,  además de todo eso, se apuntan al destrozo ahora los barrenderos. Nos ha mirado un tuerto, con perdón.
     Ya he comentado antes que con ciertos gremios hay que ir con mucho cuidado, hay que gestionar y tratar sus  reivindicaciones  con rigor pero también con delicadeza; por ejemplo los taxistas, por los  grandes atascos que producirían en caso de descontento, los basureros, el impacto de una huelga suya seria demoledor y por supuesto los trabajadores del transporte urbano que colapsan la ciudad. Lo de los barrenderos, ya lo estamos viendo.
    Además del retrato lamentable que proyectamos al exterior, están los enormes perjuicios que se está ocasionando a restaurantes, tiendas y todo tipo de locales de ocio. Una parte importante del PIB madrileño lo proporciona el turismo ¿Cuántos puestos de trabajo se destruirán o no se crearan ¿ Y todo esto por perjudicar, o no, a unos cientos de empleados. ¿Merece la pena ¿ Al final los perjudicados seremos los seis millones y medio de habitantes de la región, puesto de que toda la zona metropolitana esta interconectada. Por supuesto no me olvido de lo principal y es el mal olor y la podredumbre que tienen que soportar los sufridos vecinos de la urbe.
     He oído algunos comentarios estos días comparando  o haciendo similitudes de esta huelga de Madrid con otras, salvajes o indefinidas que hemos tenido en otras ciudades españolas Jerez por ejemplo, como si fueran comparables y no lo es en absoluto. Madrid es la capital de España, y ciudad emblematica ,la tercera metrópolis de Europa,lugar de residencia de embajadores, reporteros, enviados especiales del mundo etc. Madrid es semejante a Londres, Paris etc. y nadie se imagina estas ciudades con el aspecto desolador que presenta la nuestra.
     A mi parecer habría varios culpables de la situación actual. Por una parte los sindicatos por permitir los falsos  piquetes informativos  que al primer día de huelga se dedicaron a destrozar el mobiliario urbano y desparramar la basura por las aceras. La empresa por querer hacer un recorte brutal y desproporcionado de Eres y salario, inasumible. Y sobre todo la alcaldesa por no haber hecho absolutamente nada para impedir esta huelga. Se sabía con dos meses de antelación de la convocatoria de la misma y en vez de sentar en una mesa a los agentes implicados y haberles conminado tajantemente a buscar un acuerdo e impedirles salir sin acuerdo, se escandaliza ahora como una novata de que no se cumplen los servicios mínimos y apela a la responsabilidad de los sindicatos y empresas. ¿Es posible que no supiera que a las primeras de cambio que el aspecto de las calles iba a ser el que fue?? Pensaba que los trabajadores se quedarían con los brazos cruzados, en sus casas, hasta el fin de la huelga como seres angelicales ¿En qué mundo vive esta mujer. Será consciente del daño y perjuicio que está causando todo esto, yo creo que no y así nos va.


                                                                                               Joaquín Yerga

                                                                                                12/11/2013

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