viernes, 20 de febrero de 2015
domingo, 8 de febrero de 2015
Podemos...¿debemos?
Si, ya sé qué uno de
esos caudillos de la que llaman revolución social ha dicho que la
religión es el opio
del pueblo.(…)Si, démosle opio, y que duerma, y que sueñe.
(M.Unamuno)
Tenemos a media España temblando por el ascenso de esta
organización y a otra gran parte gozosa porque piensa votarles en las próximas
elecciones generales. Con el gesto de
introducir en la urna la papeleta con el logotipo de este partido, pretenden muchos
darles una fuerte patada en las espinillas (por decirlo suave) a los actuales
gestores políticos, a los de la izquierda moderada y por supuesto también a los
de la derecha.
Resulta que con las últimas encuestas han
saltado todas las alarmas, ya son el segundo partido con más opciones, han
desbancado al Psoe. Algunos temen (no sin falta de razón) si llega a consumirse la debacle, una
Venezualizacion de España. Es para preocuparse.
Si nos atenemos a lo que está pasando en ese país latinoamericano según las
noticias, casi todo lo que acontece allí es nefasto; recortes paulatinos de
libertades (apenas quedan ya un par de periódicos críticos con el gobierno) un
mayor control gubernamental de la vida de las personas y las empresas, una
criminalidad descomunal y un asalto
inmisericorde a la propiedad privada. Según lo publicado, los dirigentes de
Podemos han estado asesorando al gobierno venezolano sobre las políticas a
seguir, aunque según algunos es justo al contrario.
Si ciertamente se confirma y Podemos es una organización
comunista y marxista (ellos se definen así aunque creo que ahora ya no alardean
de ello) ya estaba Izquierda Unida para acoger en su seno a los partidarios de
esta ideología, no hay nada nuevo en sus ofrecimientos, su doctrina ya la
conocemos. A grandes rasgos y dando por hecho que descartarían de momento una dictadura proletaria al estilo cubano y la antigua
URSS, el meollo de sus políticas estaría en imponer fuertes impuestos a los que
más tienen, incluidas las empresas para luego redistribuir lo recaudado en
forma de subvenciones y el todo gratis al pueblo, también anuncian
nacionalizaciones de empresas estratégicas (¿telefónica, Iberdrola, iberia ¿).
A tenor de sus declaraciones, son los bancos y los grandes empresarios los culpables
de las penurias y las desigualdades actuales y habría que apretarles las
clavijas impositivas; claro que estos se deben a sus accionistas y no tardarían
en buscar sedes en otros países más favorables y con la deslocalización se
perdería los puestos de trabajo correspondientes, imagino que habrán contado
con esto. En una Europa libre y de mercado es impensable que aquí se instalen o
subsistan muchas empresas de cualquier tamaño si se les acosa tributariamente o
se le imponen medidas que no consistan en favorecer la contratación de trabajadores. El
estado no tiene recursos y con la fuga de capitales y empresas, menos para
crear nada, solo reparto de miserias.
Si lo que atrae las simpatías de mucha gente
al partido de estos jóvenes profesores de la complutense, es el discurso duro y
castigador contra la casta política que
llaman ellos de manera despectiva y a las que anhelan eliminar, inútil
propósito pues haya algunos más o algunos menos, políticos tiene que haber, alguien tiene que liderar las distintas
instituciones del estado por lo tanto seria quitar a estos y ponerse ellos.
Entiendo que haya gente cabreada por la corrupción de muchos políticos pero el montante
del desfalco cometido por estos seria pecata
minuta comparado con el daño que nos puede deparar unas políticas
inadecuadas perpetradas por unos lideres mesiánicos neomarxistas aupados a la
primera línea por el simple cabreo coyuntural de los ciudadanos. Por cierto,
están demostrando que no vienen tan prístinos de corruptelas como pudiera
parecer, apenas han hecho en sus vidas nada productivo y ya están pringados en varios affaires tributarios, ¿que
será en cuando alcancen el poder absoluto?
Yo como es lógico tengo mis preferencias
políticas y económicas, que no tienen que ver con nombres sino con sistemas.
Entiendo que una sociedad de mercado libre y democrática es la mejor opción
para prosperar en cualquier terreno, en libertad, en economía y en
transparencia. En España a nada que echemos un vistazo a nuestra historia y
seamos objetivos comprobaremos que hemos vivido y seguimos en ello, los mejores
cuarenta años desde que somos nación y sin duda se lo debemos a nuestra fresca
democracia, aun con sus imperfecciones.
Los neófitos dirigentes de este nuevo partido
que arrasa en las redes sociales y tanto agrada a jóvenes inconformistas,
indignados o desengañados de otras opciones políticas, se han formado en esta
democracia que tanto desprecian, gracias a ella han estudiado becados gratis en nuestras universidades y han tenido
toda clase de facilidades para llevar una vida holgada teniendo en cuenta su envidiada
juventud. También pueden opinar, despotricar y hasta denunciar a todos los
políticos que se pongan a tiro sin que se conculque sus derechos y libertades,
por lo tanto no entiendo el desprecio y la indignación que exhalan o aparentan hacerlo
hacia los políticos actuales y hacia el sistema, un sistema con el que también
les ha ido.
Es verdad que muchos políticos han defraudado
a mucha gente con sus fechorías pero esto simplemente es oficio para fiscales y
jueces que afortunadamente son independientes
y actualizar las leyes actuales endureciéndolas para que no vuelva a
ocurrir. No hace falta poner todo patas arriba ni venganzas inquisitoriales con
sus hogueras en la plaza pública. Dios nos libre de nuevos savonarolas y torquemadas.
No nos volvamos
locos, ningún país comunista actualmente ni a lo largo de historia ha
prosperado en ningún sentido, ni en economía, ni socialmente, ni en libertades
y sobre todo en bienestar por lo tanto ¿qué podemos esperar de estas viejas
políticas ¿ Este planteamiento no es
teoría solo hay que remitirse a la realidad; un pequeño ejemplo de países con
sistema comunista en la actualidad: Cuba y Corea del Norte, consecuencias:
hambrunas, pobreza, atraso y falta de libertad, allí sí que señorea una casta,
la de sus dirigentes, el resto, el pueblo al que invocan, todos iguales pero en
la pobreza. Algunos ejemplos de países con sistemas más o menos democráticos
pero con partidos casi únicos y filocomunistas en el poder, Venezuela, Bolivia
o Argentina, consecuencias: corrupción, pobreza y merma considerable de
libertad de información.
Entiendo, faltaría más, que en el espectro
electoral de un país democrático debe haber de todo pues cada uno tiene sus
razones, otra cosa es que nos convenga una mayoría de centro izquierda o centro
derecha (común en todos los países civilizados) que coincide con la clase media
y que siempre ha sido la que da estabilidad, seguridad jurídica y prosperidad a
las naciones. Las opciones extremas suelen ser oscurantistas, acaudilladas por ungidos
líderes adanistas que irrumpen con ideas revolucionarias que siempre acaban mal
y las consecuencias las paga duramente el pueblo al que dicen defender.
Un partido político puede proponer soluciones creíbles o
realizables, incluso aunque después no cumplas parte de lo prometido porque las
circunstancias lo impidan, otra cosa es aprovecharse de la candidez de los
menesterosos y necesitados haciéndoles
creer que son merecedores de todo tipo de derechos y prebendas y que luego es
imposible darles porque los recursos de los que disponemos son muy limitados. Y
peor aún, llegar al poder con piel de cordero para después irse despojando de
ella y ponerse a desmontar este sistema de libertades que nos
hemos dado y con el que tanto hemos prosperado
los españoles.
No pretendo hacer comparaciones porque no ha
lugar pero ejemplos de caudillos revolucionarios, látigos de políticos al uso,
surgidos del pueblo y dispuestos a cambiar bruscamente el orden establecido, a
habido muchos en la historia reciente, Mussolini, Stalin, Ceaucescu, Hugo
Chávez etc. todos surgieron después de una etapa de dura crisis económica o
social y se aprovecharon de ella para ilusionar a la gente, después… todos
conocemos el resultado.
Joaquín Yerga
08/02/2015
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