Uno puede estar
a favor de la globalización y en contra de su rumbo actual, lo
mismo que se puede estar a favor de la
electricidad y en contra de la silla eléctrica.
( F.Savater)
Desde siempre se ha a
oído decir a la gente que aquí en España nos apuntamos sin pestañear a todo lo
bueno que viene de fuera, especialmente si esto último no entraña mucho
esfuerzo. Cuando digo lo bueno me
estoy refiriendo a cualquier tipo de parranda
como fiestas, modas, costumbres, nuevas tecnologías etc. Podría poner una buena cantidad de ejemplos.
En tecnologías, el Whatsapp es la referencia a destacar, nuestro suelo patrio es el país de
Europa donde más extendido esta su uso, debe ser porque es gratis y fácil de
manejar. De costumbres puedo enumerar unas cuantas, pero ahí va un dato,
estamos copiando a los americanos la manera de alimentarnos, apostaría a que en
nuestras grandes ciudades hay más burgers que en cualquiera de nuestro entorno
europeo y no es una opinión. Si de fiestas hablamos, a las numerosas de todo
tipo nuestras, estamos añadiendo las anglosajonas y las que se pongan a tiro:
Halloween , Papá Noel, Santa Claus etc. y estas son las más infantiles e
inofensivas hay otras más dañinas para adolescentes que obvio enumerar.
Hablando de diversiones, acaban de finalizar una
de las festividades más queridas y entrañables, Los Reyes Magos e imagino
que estaremos todos de acuerdo de que está perdiendo terreno frente a la más
agresiva y vistosa de Papá Noel, bien es
verdad que esta última acierta en fecha, se celebra en plena navidad y para
cuestión de regalos y otras dadivas es mas práctico hacerlo al principio de
estas por el tiempo libre que disponemos y las vacaciones infantiles que al final.
Hay que reconocer y
continuando con las influencias externas que los americanos( de ahí viene la mayoría de
las innovaciones) son muchos más prácticos que nosotros , ellos siempre miran
el lado de hacer negocio a todo lo que tocan y también son más efectivos a la hora de hacer la vida
más fácil a nuestros congéneres. Nosotros aun nos regimos para las
celebraciones por tradiciones muy antiguas, muchas de ellas de origen medieval
y carácter religioso y otras ya anticuadas, constituidas también en épocas
arcaicas y que nada tienen que ver con la actualidad. Nos dejamos llevar para
esto por los sentimientos y costumbres de nuestros ancestros, creo que estamos
supeditados de alguna manera por nuestra dilatada historia y ellos(los
americanos) con tan solo doscientos años de antigüedad como nación y hecha esta
con gente procedente de diversos países europeos se rigen por otros criterios más funcionales.
En los últimos años han abundado consejos (la
mayoría de ellos procedentes de la iglesia y de otros estamentos con
influencias) recomendando a la población
hacer caso omiso a estas celebraciones foráneas (sobre todo si tienen raíces no católicas) y seguir con las
nuestras pero me temo que están cayendo en saco roto, al final siempre se
impone lo útil, sencillo y práctico y esto son cualidades procedentes, casi siempre, de allende el océano.
Nos guste más o menos,
poco a poco se está imponiendo en nuestra vida diaria la manera de vivir
americana y por mucho que nos empeñemos en conservar lo nuestro estamos
perdiendo la batalla. A nosotros y me refiero también a todos los europeos solo
nos quedará la historia y el orgullo de ser los pioneros en esto de la
modernidad.
En temas científicos y técnicos, vitales en nuestra
vida diaria, los aparatos y aplicaciones sofisticados de Apple, Windows, Amazon,
Google, Hewlett Packard etc. vienen todos de Norteamérica, y algunos ya de Asia;
aquí en nuestro viejo continente algunas buenas marcas de coches alemanes y
poco más. Si de utilización de redes sociales hablamos, una práctica usada ya por
una inmensa mayoría de personas y con un futuro prometedor, todo lo que existe
en el mercado tiene marchamo, made in USA.
En economía se
impone lo privado y el libre mercado porque es lo que funciona si queremos
prosperar ante el empuje de otras potencias emergentes como china y el sureste
asiático en general que inventan, producen
y venden más y para este sistema Estados Unidos está mejor posicionado.
Nosotros los europeos estamos inmersos en políticas de superprotección, del
todo gratis y eso es muy apetecible pero no hay quien lo pague. Eso sí, siempre
nos quedará el turismo, en esta materia somos y seremos una potencia gracias a
nuestra vieja civilización, a siglos de exquisitez arquitectónica y al desarrollo de un arte inigualable.
Millones de japoneses, chinos, rusos y americanos vendrán a visitar nuestras viejas reliquias y
se dejaran los cuartos en Roma, Paris o Toledo y a nosotros nos permitirá
mantenernos en tercera posición como zona influyente del mundo; hace unas
décadas éramos la primera.
En cuestión de ocio y entretenimiento puro y
duro, parcela cada vez más importante en nuestras vidas y a la que dedicamos
más tiempo afortunadamente, el ingenio y la supremacía de los yanquis es sencillamente abrumador
comenzando por la industria cinematográfica de Hollywood y acabando con los
restaurantes de comida rápida tan extendidos y aceptados aquí.
En general
nos estamos apropiando y
adaptando a la manera americana
de vivir aunque luego despotriquemos por motivos inconfesables de ellos. Según
las últimas encuestas España es el país de Europa más antinorteamericano, cosa
curiosa teniendo en cuenta lo rápido que asimilamos sus inventos y costumbres.
De toda la sincronización que nos vincula ya
con otras culturas, tan solo un par de grandes asuntos que nos entretiene en
grado sumo y ocupa gran parte de nuestros desvelos y tiempo libre escapa de las
garras del Tio Sam, uno es el fútbol y el otro, el muy nuestro, mundo de los toros;
el primero fue un invento ingles y el segundo viene a menos de manera
significativa.
A los de mi generación y superiores no nos será muy difícil mantener las
tradiciones que nos inculcaron nuestros mayores porque es lo que hemos vivido
en casi toda de nuestra existencia, lo tenemos muy arraigado y es ya parte de
nuestra idiosincrasia, no así los más jóvenes mucho más receptivos a lo
novedoso que acabarán, cuando no lo están ya, aceptando la globalidad uniformadora
en conceptos, costumbres y formas de vida. Las viejas y particulares tradiciones
atávicas nuestras se irán diluyendo en la totalidad del pensamiento único y quedaran como objeto de estudio cuando no
de exotismo. En unas cuantas décadas,
antes de lo que imaginamos, habrán desaparecido muchas culturas
minoritarias y medianas y europeos, americanos o asiáticos, de manera simultánea, se divertirán con las mismas cosas, hablarán el mismo idioma,se vestirán
con las mismas ropas, verán las mismas películas y comerán los mismos
alimentos, aunque me temo que ya casi estamos en ello.
Joaquín Yerga
16/01/2015